martes, 16 de junio de 2015

CALIGARIS A OCHO AÑOS DE DISTANCIA




¿Quién carajos son los Caligaris?  Fue mi primera respuesta cuando nos invitaron a telonear su primer show en Guadalajara, creo que habrá sido el 2007. Cumplimos la fecha apenas bien, la empresa perdió, con ellos cruzamos un par de palabras y listo. Nada memorable realmente, sin embargo se había prendido una mecha silente.

Un año después sonó mi teléfono nuevamente un tipo me pedía de urgencia albergar a trece argentinos entre músicos, staffs y manager en mi casa por dos semanas. Refuté inmediato dado que mi departamento en ese entonces lo compartía con Julio y no había sitio para trece argentinos, era imposible. Sin embargo no había más opción y acepté pensando que yo algún día quizás necesitaría lo mismo. Esos argentinos eran Los Caligaris.

Así llegaron doce sujetos y un manager enojón y se apropiaron de todo el suelo de casa, el primero que me saludó un tal sencillez me saluda de beso, estaban organizados hasta las pelotas, dos que hacían la prensa diaria, otros dos más que preparaban la comida, uno más que iba y venía consiguiendo los pormenores del show circense. Otros tres más que ajustaban la mínima cuerda para el show, otros que contaban discos y camisas entre cajas y bolsas esperando el inicio de la gira mexicana. 
Dos días más tarde la fatalidad... el tipo que organizó la primer parte de la gira resultó un engaño y habría que esperar mas de una semana en silencio.

La siguiente semana fue una locura total, apenas recuerdo y se me estruja el hígado, casi no dormí, combiné trabajo y fiesta absoluta, mi departamento se convirtió en fiesta todos los días. Mi comida era resuelta por el gordo Marcos día a día. Era ese gordo cariñoso quien todas las mañanas me deseaba buen día y me preguntaba a que hora llegaba a comer mientras yo esquivaba caligaris entre los colchones regados por todo el departamento. Valentín el que menos dormía, tenía su colchón en la cocina y era difícil abrir el refrigerador para completar la faena matutina.

De noche, era usual que "Sencillez" siempre en calzoncillos me visitara y me despertara porque no podía dormir y me platicara cuando extrañaba Argentina. Por las tardes siempre comíamos todos juntos entre colchones e instrumentos y maletas. Los "cases" la hacían de mesas y parecíamos refugiados de alguna guerra con las sonrisas siempre al frente. Comí pasta a morir, comí Poroto, comí Panchos, comí el asado más distinto que he comido en mi vida, después claro de lograr que en el Soriana nos vendieran media res casi para alimentar a los caligaris, No tiene la v
aca y unas decenas más de amigos.

Se llegó entonces el momento de atender la parte de la gira que si estaba sentenciada, además de un endiablado Festival Extremo hicimos un show doble en un lugar cercano a plaza del sol, con doble función de menores y mayores el lugar inexplicablemente se llenó a full, la tocada fue una locura total, para el final de la misma yo estaba en uno de los costados entendiendo apenas el fenómeno que ya detonaba. Se llegó "Kilómetros" y asaltamos eufóricos el escenario yo y otros cuantos amigos del barrio, para el encore final nos quitamos las playeras y las agitamos con locura, no se si fue la primera vez que se hizo eso, casi estoy seguro que si, fue la gran despedida de Guadalajara.

El resto de la gira de No tiene la vaca y Caligaris fue pura alegría, anécdotas maravillosas, y amistades que jamás se van a olvidar. Incluso estuvimos a punto de morir todos entre el camino de San Luis Potosí y Monterrey en una curva maldita con aceite y lluvia que quisieron apagar la vela de nuestra alegría y no lo consiguieron. Me recuerdo sentado en medio del pasillo y ver al frente como el camión giraba de un lado al otro queriendo encontrar fatalidad o suspiro. Afortunadamente el camión logró acomodarse y solo fue un motivo aun más para sonreír a la mañana siguiente con una cerveza de desayuno.

Han pasado ya ocho años desde aquella llamada telefónica en que me ofrecieron telonearlos cuando no tenía ni puta idea de quienes eran. Todos saben lo que estos argentinos han logrado en el corazón y el ánimo de los mexicanos, para ser honesto me gustan muchos de sus temas pero yo no podría ser el mejor fan de su música, yo soy más punk. Sin embargo se que han trabajado fuerte, que han sufrido, que no todo ha sido siempre alegría y emociones, hay miles de sensaciones detrás de toda esa maraña de éxtasis actual. 
Está de más escribir acerca de su música y su éxito porque todos lo saben, hace unos días pude platicar con algunos de ellos nuevamente, ya no en el depa, ya no en la calle, ya no en calzones. Siguen siendo los mismos argentinos que llegaron hace ocho años a mi depa, los mismos que saludan de beso, los mismos ahora con hijos, los mismos que tomamos un shot de Listerine para finalizar una peda, los mismos locos que tiraban colchones y dormían entre pedos y ronquidos en la sala de mi casa. Los mismos cordobeses culiaos!!

1 comentario:

  1. ...se te paso comentar de cuando se presentaron en el cultural, la primer vez que yo supe de ellos y estoy seguro que muchos también !!!!!!

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