miércoles, 25 de junio de 2014

PIOJO AMIGO


A mi me encanta ver al Piojo Herrera salir de todos los cánones y las reglas de absurda urbanidad futbolística de los últimos tiempos. Me gusta escucharlo hablar y comentar el futbol justo como se comenta en los pasillos de oficina, o los puestos de tacos de nuestro país, o en cualquier charla de peda sabatina. El piojo se refiere al futbol como muchos de nosotros lo hacemos a diario, con palabras simples, sin tanta metodología, sin tanto argumento barato de estrategia y demás.
Creo que el mensaje es muy claro... "el futbol es simplemente eso... futbol" y se sufre y se llora al máximo, y se grita y se salta y se desdibuja uno el rostro a cada momento, y se gritan leperadas y serpientes contra el rival y contra el arbitro, y se pierde la cordura.
No se como sea este Piojo en el vestidor del América o de la selección, lo que si se puede apreciar es que al parecer el tipo no tiene mentiras, solo netas felices o dolorosas, solo desparpajos y huevos en la cancha. La cancha necesita de eso siempre, el futbol necesita de sonrisas y de lágrimas, necesita de actores de verdad que aprecien la pasión de usar esos botines horribles a cambio de un millonario patrocinio con el cual podrán comprar aquellas ridículas cosas que no necesitan pero que el futbol les regala a cambio de un golecito, una barrida, una atajada. El futbol es tan hermoso cuando hay alegría en la cancha.

A veces no son necesarios los goles para tener alegría en el terreno, a veces un simple pase, una pared devuelta, una palmada del compañero o una mentada del técnico es suficiente. Insisto no se como sea el Piojo pero yo lo veo feliz, no creo que en este momento exista persona más feliz pisando Brasil, y eso me llena de confianza y de sueños. Solo de recordar la penosa cara de Aguirre con miedo a no perder, con miedo a trascender. O al bigotón Lavolpe sabiendo que tenía que acuchillar a su patria... El Piojo luce diferente, quiere ganar, sabe que puede ganar, no le importa nada más y con su tremenda panza y sus zapatos de millones de dolares está dispuesto a dejarlo todo en la cancha.

El Piojo es tan buena gente que hasta se prestó a hablar con un perico para anunciar antiacidos para su absurdo abdomen de exfutbolista. O para subirse de copiloto con Jay de la cueva de Moderatto y proponerle un final terrible a una canción terrible, la cual por cierto, deberá sumarse a uno de los gastos más absurdos de una televisora para este mundial. El Piojo es tan buena gente que dice groserías como todos los mexicanos decimos y nos hace sentirnos iguales, identificados, técnicos nacionales. El Piojo habla como tú o como yo y lo entiendes y lo disfrutas para bien o para mal pero lo disfrutas.

Como muchos yo también creo que quizás el portero Jesús Corona este dos rayitas encima de las cualidades de Memo Ochoa. Pero desde siempre pensé que la cara de Corona no tiene sonrisa, no tiene expresión real, una mirada ausente total, y no lo veía amigo de todos. Ignoro si esta fue la misma imagen que vio el Piojo en él para determinar su suplencia, pero está dando resultados.

El próximo domingo espero ver gritar al Piojo nuevamente como terrible loco desquiciado y espero verme en el espejo con él. Deseo que el mugroso Chícharo vuelva a llorar de emoción y recordarnos a esos goles inmensos que hacíamos cuando niños en las calles. Deseo que Memo Ochoa siga sonriendo, deseo que el Piojo pueda volver a México y hacer comerciales de antiacidos o de Pollos rostizados, o desodorantes u lo que sea. Pero sobre todo le deseo el peor día del año a los Holandeses.

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