miércoles, 10 de diciembre de 2014

SI SANTA TERE HABLARA



Finales de los noventas y principios del año 2000, sobre una Guadalajara llena de dudas, llena de ska, llena de reggae clásico, y agotados de consumir a Cuca por más de 10 años. La generación de jóvenes nacida en los ochenta urgentemente reclamaba un espacio dentro del acontecer musical de la ciudad y los géneros comenzaban a dispersarse y unirse y clamar y cosechar semillas sembradas con anterioridad. El Roxy había muerto, José Fors nos había condenado a no existir y a solo seguir lo que oliera a él y sus cercanos. Guadalajara estaba en transición.

En Eulogio Parra de la colonia Santa Tere de Guadalajara las cosas funcionaban de manera distinta, ahí se cocinaron distintas historias que penetraron no solo la escena tapatía, sino que se alcanzaron niveles de impacto nacional. En una casa vieja de esta calle se elevó un cuarto enorme, y se equipó con una cabina, cables, esponjas que atrapaban el sonido al exterior y que hoy deben estar en algún punto difuso con miles de acordes, risas, gritos y armonías en sus entrañas. Fue el bunker perfecto de la respuesta tapatía al olvido y las repetidoras comerciales, fue el despertar del underground.

Ahí se instaló no solo un estudio de grabación que dio vida a proyectos de alto impacto a nivel nacional, en efecto, no fue solo un estudio, fue un punto de convivencia y colapso de ideas renovadas que una ciudad gritaba y suplicaba. Ahí el punk rock, el emo, el skapunk, hardcore, ahí la música tapatía despertaba y se pasaba de boca en boca y se anidaba en las mentes de miles en el país aun con la reducida capacidad en ese entonces de difusión. Las canciones hablaban por si solas y hacían su publicidad solemne en los shows y en los discos que rodaban de mano en mano.

Roy Cañedo fue el encargado de dirigir la batuta. Él como baterista de Thermo y con sus cómplices compañeros de banda iniciaron una nueva forma de trabajo y disciplina que a la postre traería frutos no solo para ellos sino para el movimiento que despertaba. Y entonces el rock comenzaba a tener tesituras, formas, comenzaba a tener conexión y fórmula de enganche a la audiencia, a esa audiencia cansada de lo mismo y hambrienta de lo que en el mundo se hacia entonces.

Así, bandas tapatías como Thermo, No tiene la vaca, Kilometro 46, Día de Cambio, Cruda mata, Hugo, Rohan, Aurum, y decenas más y proyectos nacionales como Canseco, Insite, Kill aniston solo por mencionar algunos se adueñaron de Guadalajara tomando como punto de equilibrio ese mes o esas semanas en Santa Tere, en esa calle Eulogio Parra donde estaba sucediendo la magia. Guadalajara había tomado una decisión y teníamos situación de privilegio. Por alguna razón sacudir los instrumentos y las ideas en Santa Tere transformaban el ímpetu de muchas bandas.

Hace poco tuve la oportunidad de visitar ese viejo casón, y con nostalgia respiré el aroma de esas puertas y esas paredes que aun huelen a rock y juventud. Hoy casi todos los que grabamos ahí tenemos sitio de privilegio en el tercer piso. Muchos de los proyectos que ahí nacieron hoy no existen más y otros más siguen vigentes. Hoy esa cabina se observa quieta, las paredes ya no tienen las esponjas, los salones con marañas de cables hoy solo tienen marañas de recuerdos. Hoy quedan los discos grabados en las computadoras y los anaqueles de los que vivieron esos días y de los que gustan de darles vida actual.

Yo grabé tres discos ahí, "Tiempos extras","Gordo" y "Canción subversiva #88, además colaboré en el demo "Dance core ep" de Thermo. Para mi nunca existió un lugar con más magia y vida en el rock que cualquier otro en esta ciudad.

Si esa casa de Santa Tere hablara...

4 comentarios: