Yo te vi jugar Andrés, salías con tu melena de puberto que aun conservas y hacías sprints de lado a lado y después te divertías en la banda izquierda con defensores y compañeros. Rápidamente adoptaste esa banda izquierda del Jalisco como un refugio sabatino a tus patadas y gambetas, y yo y muchos dibujábamos tu número 17 en el ceño y sonreíamos y gritábamos y empujábamos tus piernas y el balón para apedrear a los arqueros rivales. Yo me emocionaba mucho al verte y entenderte con mi equipo.

Aun recuerdo como se me tiritaban las manos cuando te vi prepararte para saltar a la cancha en aquel mundial de Alemania, eras el arma secreta del bigotón y cumpliste y los halagos volaron a pesar de la lesión y la eliminación. Sin conocerte fuiste el remedo de consolación de ese domingo atroz de 2006, aun recuerdo como ayer esa tarde fría inconsolable. Aun recuerdo al mequetrefe de Javier Aguirre anularte en 2010 y ponerte a cuentagotas en Sudáfrica y metiéndote para que le solucionaras los momentos que sus predilectos no supieron acomodar.
Europa no te fue fácil pero te lo tomaste muy en serio, y volviste a penetrar con picardía la banda izquierda tan tuya por aquí y por allá. Acá era difícil seguirte pero lo intentábamos siempre. Sabíamos que los músculos te explotaban, te empezaron a llamar de cristal, de papel...¿qué saben ellos? Aun así volviste a caminar y correr y patear los estadios de la primera española y te importó un comino tragar segunda división, eres un tipo fiel, eres lo que mi club te dio desde el principio, eres un agradecido con la vida y con la gente.
Parece que la gente de Holanda ya vio lo mismo que yo vi en ti en aquellos años mozos de carreritas rojinegras, de inmediato te escabulliste en sus corazones con esa pegada y esa fidelidad y gratitud de perro. Holanda olvidó el No era penal y el "puto" y lo cambió por el cielito lindo con tu nombre, llenaste de nuestro español las gradas del PSV, las pintaste de verde blanco y rojo. Nunca he sido nacionalista, pero se me cayeron las de cocodrilo cuando vi ese mosaico con esa manta a tu nombre, pidiendo tu zurda y tu sonrisa más tiempo. Muchos nunca entenderán el tamaño de tal honor de una hinchada hacia un jugador. Nunca lo vi por un mexicano antes, si por muy pocos grandes ídolos.

Hasta entonces me quedo con el mosaico, y con tu 17 en el dorso adornando el bello estadio Jalisco...